Este restaurante está ubicado en el centro del un pueblecito de Toledo, cercano a una zona que frecuentamos mucho, y con una joya en su Iglesia, un retablo de cerámica, único en el mundo, y de una belleza inigualable, y sin duda algo tendrá que ver que está relativamente cerca de Talavera de la Reina, una de nuestras cunas de cerámica.
Y aunque este es un blog sobre cultura gastronómica, no me resisto a mostrar la foto del retablo, porque merece la pena:
Pero pasemos a las cuestiones propias del blog, tengo que manifestar que no tenía intención de publicar este post hasta que la comida y el servicio me fue enseñando un restaurante de calidad y muy recomendable, y para quien quiera disfrutarlo, aquí está el post. Un carta sencilla, una bodega limitada, pero con calidad adecuada. Elegimos un Somontano Crianza, Viñas del Vero, uno de mis vinos favoritos, a un precio extraordinario, y empezamos degustando el vino con un aperitivo de paté sorprendente y no pudimos resistirnos a probar el aceite de picual, típico de la zona, que junto con el cornicabra, son mis aceites favoritos, y que mojamos con el pan-pan que dicen en la zona, en otras zonas llamado pan candeal. Compartimos los primeros, Un
queso de cabra con manzana y
Mollejas con boletus
Esta foto del queso de cabra la tomé de la mesa de al lado, cuando decidí que la calidad del restaurante merecía un post en este blog, de las mollejas con boletus no tengo registro fotográfico. Y respecto del cremoso y gustosísimo queso, pues eso, impresionante, un inicio espectacular, que se confirmó con las mollejas que estaban buenísimas, unido todo ello al servicio tan agradable y en un comedor pequeño y con una decoración colonial que me encantó, ya pensé, esto hay que contarlo.
Y para segundos, cada uno de los tres comensales pedimos distintos platos, mi mujer se decantó por el
cochinillo asado, mi cuñado por el
bacalao al horno, y yo por
lomo de buey.
Mi mujer comentó que el cochinillo era de los mejores que había probado, y ella solo come este tipo de plato en sitios de mucha confianza, que debió ser la que le transmitió Mari Paz, la dueña y alma del restaurante, en las conversaciones que mantuvimos al inicio de la comida. Yo llegué a probarlo también, y, sin que sirva de precedente, le doy la razón a mi mujer, impresionante.
El bacalao no lo probé, pero tanto mi cuñado como mi mujer manifestaron que estaba excelente. Puede que tengan razón.
De lo que doy absoluta fé es del lomo de buey de la Sierra de San Vicente, que carnaza, en MI punto, es decir, casi cruda, y con un sabor .... mmmmmm, de verdad impresionante. Últimamente no suelo tomar en restaurantes este tipo de platos que son tan fáciles de hacer en casa, pero lo del Buey de la Sierra de San Vicente, me llamó la atención, he pasado tantas veces por ahí, sin saludar a los muchísimos bueyes que hay, y a este no le saludé pero me dejó buen recuerdo. ;-)
En fin que comimos de lujo, a un precio muy razonable, y mi cuñado todavía tuvo ganas y se metió este postre:
Un tarta de queso con frambuesa, que yo llegué a probar y que estaba exquisita.
En resumen, un restaurante muy recomendable, en un lugar alejado del mundanal ruido, con una tranquilidad inigualable, que además de restaurante es alojamiento rural, y del que podéis ver mas información en
esta página
Recordar, si queréis ver un retablo único en el mundo, visitar la Iglesia de Castillo de Bayuela, y aprovechar para comer en
La Posada de Bayuela, dos experiencias únicas.
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