Y precisamente eso es lo que ha pasado con este pueblo, ubicado entre Santa Olalla y Torrijos, hemos pasado por allí cientos de veces huyendo de los atascos que teníamos en la N-V, y ahora queremos descubrir algo nuevo en esos pueblos que tenemos cerca y que hemos visitado hace tiempo, o como en el caso de Alcabón, donde nunca habíamos parado y resulta que SÍ que tienen algo. En esta ocasión el principal objeto de la visita era Torrijos, un pueblo con mucha historia, del que conocíamos algo, pero nos quedaban por visitar algunas otras cosas, y llegó ese sábado en el que nos acercamos a visitar algunos de sus maravillosos monumentos, como la COLEGIATA, que no se puede visitar salvo acompañados de un sacerdote, y tuvimos la suerte de que nos ilustrara en la visita un abulense gran conocedor de la arquitectura de España en general, y no solo de Castilla y León, de donde es un especialista. Vimos también otros edificios singulares de la villa, pero teníamos reservada la comida en Alcabón, mi cuñado se encargó de las gestiones para disfrutar de una Almazara, evidentemente restaurada, es un Museo y dentro del museo se han colocado las mesas del restaurante, una idea muy original.
Pero vayamos a la descripción de lo que comimos y que me animo a volver a escribir un post en este blog que tengo tan abandonado, pero al que tanto quiero.
Debido al tiempo que llevo sin atender al blog como debiera, no tomé registro fotográfico de los entrantes de la comida, pero precisamente por su calidad, fue por lo que me decidí a escribir este post, me gusta dejar constancia de los sitios que lo merecen, y aunque también ha habido ocasiones en las que he criticado duramente a algún establecimiento, y esto lo considero importante, considero más importante aún, destacar que algún restaurante perdido en el mundo, donde no pasa nadie, sirve una comida de gran calidad, con un servicio impecable, en un local apropiado y con una relación calidad / precio adecuada. Esta ha sido la intención de este post, informar para que la cultura gastronómica crezca, y que los buenos establecimientos se conozcan y no se olviden, sobre todo en tiempos de crisis, donde hemos perdido muchos restaurantes de este tipo, y lo digo claramente, este restaurante no es barato, pero es un restaurante de calidad, con una cocina tradicional y con productos de calidad.
Los entrantes, fueron surtido de ibéricos, revuelto de gulas con gambas, huevos rotos con patatas y jamón y tabla de quesos. Como ya he dicho antes no registré fotográficamente estos platos, pero estaban tan buenos que fue lo que me indicó que tenía que registrar el resto de la comida y escribir este post para el crecimiento de la cultura gastronómica.
Informados los entrantes se me queda por destacar el vino, y para ello comentaré que en el momento del aperitivo, comenzamos a visitar lo que considerábamos era el Museo del vino y del aceite que estaba anejo al restaurante, y como mostramos algún interés, la fenomenal camarera que nos atendió consiguió que viniera a explicarnos el museo el cocinero, a la sazón, dueño del restaurante y persona que participó activamente en la conversión de lo que en su día fue Almazara y Bodega en el restaurante que es hoy, y conservando mucho de lo que fue hace muchos años. Pues bien, este cocinero nos informó de sus andanzas con el aceite y el vino, y de esas andanzas surgió hablas del vino que bebimos, un extraordinario vino de la denominación Méntrida llamado Mensagallo del que disfrutamos como si fuera un Rioja o Ribera de alta calidad. Este vino ha obtenido varias medallas en distintos eventos enológicos:
Como plato principal habíamos encargado cordero asado, y esta es una muestra del mismo:
Estaba exquisito, y tengo que destacar ese puré de patata confitada que lo acompañaba, maravilloso, impregnado del sabor del ajo, y mezclando las tres cosas, el ajo, la patata y el cordero, era el culmen del sabor, eso que dices, este cocinero sabe lo que hace.
Cerramos con postres caseros, de los que solo probé alguno, pero que estaban todos maravillosos, y eran estos:
A todo esto, el restaurante ha ganado su fama, principalmente, por el cocido, pero no podía ser comer un cocido estupendo el viernes y repetir el sábado, así que hemos decidido que el cocido de LA ALMAZARA será en otra ocasión, pero será, seguro.
Y tengo que rematar diciendo que no es un restaurante barato, ni mucho menos, en nuestro caso nos resultó más caro incluso de lo esperado, pero decidimos tomar un vino premiado que fue excelente, disfrutamos de un local maravilloso, rodeados de artículos que fueron claves en el desarrollo de una garn industria de este país, la del aceite y también la del vino, disfrutamos de un servicio buenísimo y corroboramos que la cocina del restaurante es excelente, desde el primer aperitivo hasta el último postre, ¿qué más se puede pedir? Ojalá dure muchos años, nosotros lo volveremos a visitar en breve para tomar su famoso cocido. Seguro que lo disfrutamos.