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lunes, 1 de noviembre de 2010

MRW Octubre 2010 - El Patio

Domingo, 31 de octubre, penúltimo día de Madrid Restaurant Week, tratamos de reservar en el restaurante Mare Nostrum, que ya visitamos en la primera edición de MRW, y del que salimos muy satisfechos. Nos ocurrió como con El Chaflán, pero esta vez porque en el Mare Nostrum, no disponnían de MRW los fines de semana, y aceptamos comer en El Patio, un restaurante andaluz en el mismo hotel y que comparte la misma cocina, incluso estaban anunciados los dos restaurantes en el panfleto de MRW y con el mismo menú. Como ya decía en el post sobre El Chaflán, no es lo mismo comer en un restaurante con empaque que comer en otro 'típico de menú del día', las mesas no tienen nada que ver, y el servicio tampoco. Y mi mujer y yo, tratamos de comer en estas ocasiones en sitios en los que no solo la comida sea buena, sino que el servicio esté a la altura de la cocina. Y tengo que decir que la cocina estuvo francamente bien, pero el servicio dejó mucho que desear, como siempre, compartimos los primeros, los segundos y los postres, pero hice especial hincapié en que, dado que compartíamos los platos, los segundos, nos los sirvieran en orden, primero el pescado, y después la carne. Esta vez nos hicieron caso, y tengo que agradecerles que así lo hicieran. De primero tomamos:

Timbal de pulpo con patata gallega con sorpresa de huevo poche y crema de boletos edulis
y Crema de calabaza con queso ahumado, tallarines de verduras tiernas y pluma ibérica asada, ambos platos estaban francamente bien, y especial reseña para la crema de calabaza, con un sabor exquisito. Los segundos fueron:

Lomos de merluza asada sobre arroz meloso marinero con setas de otoño y aceite de albahaca y “Burguert Gourmet” de ternera de la sierra de Guadarrama con taco de foie asado, guacamole y chips violetas, como he dicho antes, servidos por este orden, sinceramente, la merluza, exquisita y la base de arroz, impresionante. La carne era una hamburguesa, buena, y cuando la mezclabas con el foie era cuando tenía todo su sabor. El remate de los postres en un restaurante de cierto peso, no llegó en este,
, nos tomamos Festival de recuerdos de la infancia. Homenaje a la nocilla y Sopa de menta con granizado de frambuesa, sorbete de limón y frutas, pero que como he dicho antes, no aportaban nada al menú, postres ligeramente insípidos que cerraron un menú, en conjunto algo insulso.
Al final, mi recomendación, cuando en algún restaurante os ofrezan, comer el menú en el restaurante anejo, pero en plan 'de batalla', no lo uséis. Es preferible esperar y comerlo en el restaurante de marca y calidad.

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