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domingo, 20 de septiembre de 2015

Restaurante La Almazara - Alcabón

La Almazara de Alcabón es un restaurante situado en un pueblecito por el que hemos pasado cientos de veces, un pueblo considerado 'sin importancia' en el que nunca habíamos parado y que si no se hubieran dado estas circunstancias, no habríamos parado a lo largo de nuestra existencia. Pero la vida es así, ahora que somos bastante talluditos, por decirlo de una forma educadita, nos da, de vez en cuando, por recorrer pueblos y ciudades que tenemos cerca, y por los que hemos pasado y no hemos parado, pero que ahora o hemos descubierto que tienen algo, o queremos descubrir si tienen ese algo que nos gustaría que tuviesen.

Y precisamente eso es lo que ha pasado con este pueblo, ubicado entre Santa Olalla y Torrijos, hemos pasado por allí cientos de veces huyendo de los atascos que teníamos en la N-V, y ahora queremos descubrir algo nuevo en esos pueblos que tenemos cerca y que hemos visitado hace tiempo, o como en el caso de Alcabón, donde nunca habíamos parado y resulta que SÍ que tienen algo. En esta ocasión el principal objeto de la visita era Torrijos, un pueblo con mucha historia, del que conocíamos algo, pero nos quedaban por visitar algunas otras cosas, y llegó ese sábado en el que nos acercamos a visitar algunos de sus maravillosos monumentos, como la COLEGIATA, que no se puede visitar salvo acompañados de un sacerdote, y tuvimos la suerte de que nos ilustrara en la visita un abulense gran conocedor de la arquitectura de España en general, y no solo de Castilla y León, de donde es un especialista. Vimos también otros edificios singulares de la villa, pero teníamos reservada la comida en Alcabón, mi cuñado se encargó de las gestiones para disfrutar de una Almazara, evidentemente restaurada, es un Museo y dentro del museo se han colocado las mesas del restaurante, una idea muy original.


Pero vayamos a la descripción de lo que comimos y que me animo a volver a escribir un post en este blog que tengo tan abandonado, pero al que tanto quiero.

Debido al tiempo que llevo sin atender al blog como debiera, no tomé registro fotográfico de los entrantes de la comida, pero precisamente por su calidad, fue por lo que me decidí a escribir este post, me gusta dejar constancia de los sitios que lo merecen, y aunque también ha habido ocasiones en las que he criticado duramente a algún establecimiento, y esto lo considero importante, considero más importante aún, destacar que algún restaurante perdido en el mundo, donde no pasa nadie, sirve una comida de gran calidad, con un servicio impecable, en un  local apropiado y con una relación calidad / precio adecuada. Esta ha sido la intención de este post, informar para que la cultura gastronómica crezca, y que los buenos establecimientos se conozcan y no se olviden, sobre todo en tiempos de crisis, donde hemos perdido muchos restaurantes de este tipo, y lo digo claramente, este restaurante no es barato, pero es un restaurante de calidad, con una cocina tradicional y con productos de calidad.

Los entrantes, fueron surtido de ibéricos, revuelto de gulas con gambas, huevos rotos con patatas y jamón y tabla de quesos. Como ya he dicho antes no registré fotográficamente estos platos, pero estaban tan buenos que fue lo que me indicó que tenía que registrar el resto de la comida y escribir este post para el crecimiento de la cultura gastronómica.

Informados los entrantes se me queda por destacar el vino, y para ello comentaré que en el momento del aperitivo, comenzamos a visitar lo que considerábamos era el Museo del vino y del aceite que estaba anejo al restaurante, y como mostramos algún interés, la fenomenal camarera que nos atendió consiguió que viniera a explicarnos el museo el cocinero, a la sazón, dueño del restaurante y persona que participó activamente en la conversión de lo que en su día fue Almazara y Bodega en el restaurante que es hoy, y conservando mucho de lo que fue hace muchos años. Pues bien, este cocinero nos informó de sus andanzas con el aceite y el vino, y de esas andanzas surgió hablas del vino que bebimos, un extraordinario vino de la denominación Méntrida llamado Mensagallo del que disfrutamos como si fuera un Rioja o Ribera de alta calidad. Este vino ha obtenido varias medallas en distintos eventos enológicos:

Como plato principal habíamos encargado cordero asado, y esta es una muestra del mismo:


Estaba exquisito, y tengo que destacar ese puré de patata confitada que lo acompañaba, maravilloso, impregnado del sabor del ajo, y mezclando las tres cosas, el ajo, la patata y el cordero, era el culmen del sabor, eso que dices, este cocinero sabe lo que hace.

Cerramos con postres caseros, de los que solo probé alguno, pero que estaban todos maravillosos, y eran estos:





A todo esto, el restaurante ha ganado su fama, principalmente, por el cocido, pero no podía ser comer un cocido estupendo el viernes y repetir el sábado, así que hemos decidido que el cocido de LA ALMAZARA será en otra ocasión, pero será, seguro.

Y tengo que rematar diciendo que no es un restaurante barato, ni mucho menos, en  nuestro caso nos resultó más caro incluso de lo esperado, pero decidimos tomar un vino premiado que fue excelente, disfrutamos de un local maravilloso, rodeados de artículos que fueron claves en el desarrollo de una garn industria de este país, la del aceite y también la del vino, disfrutamos de un servicio buenísimo y corroboramos que la cocina del restaurante es excelente, desde el primer aperitivo hasta el último postre, ¿qué más se puede pedir? Ojalá dure muchos años, nosotros lo volveremos a visitar en breve para tomar su famoso cocido. Seguro que lo disfrutamos.
 

viernes, 28 de noviembre de 2014

Cochinillo en Segovia - José María


Segovia tiene algo único, el Acueducto, pero tiene también muchas particularidades, está a tiro de piedra de Madrid, y es una ciudad para pasearla y disfrutarla, y mucho mejor cuando recurres a algún segoviano para que te guíe. He visitado Segovia en múltiples ocasiones, para gozar de la mayoría de sus encantos, y como no, he comido en los mejores restaurantes, la primera vez, en uno situado junto al acueducto, y que aparece a la derecha de la foto que ilustra esta entrada. Venir a Segovia y no comer cochinillo es casi pecado, así que en buenos restaurantes hemos comido cochinillo, pero las circunstancias no se debieron alinear con nosotros, porque en ocasiones anteriores a esta y en los dos más prestigiosos restaurantes de Segovia, el cochinillo que comimos era indigno, no ya por el precio, sino por la calidad.

Esto había que arreglarlo y llevávamos varios meses esperando a comer unos cuantos amigos en Segovia, pero esta vez la organización era de una segoviana, y el destino gastronómico era José María.


Tras las fotos de rigor en el acueducto, paseamos y cañeamos por el casco histórico hasta llegar al hoy impresionante restaurante José María, con una barra atestada de gente, y donde empezamos con el vino Pago de Carraovejas, que sabiamente comercializa el propio dueño del restaurante, y con unos aperitivos que anticipaban lo bien que íbamos a comer.


Disfrutamos de una extraordinaria mesa que tuvimos, gracias a las gestiones de Mercedes y su familia, buenos amigos de José María, y comenzamos con un aperitivo de paté, y unos entrantes para compartir, boletus y jamón:


Estando tan liados con la comida y en tan buena compañía no tomé los registros fotográficos como debera haberlo hecho, pero los boletus estaban buenos, pero servidos con retraso y algo fríos, aunque el jamón estaba exquisito, y con ese añadido del pan tostado y con tomate que acompaña tanbien a un auténtico jamón de bellota, y que marida tan maravillosamente con el Pago de Carraovejas.

No recuerdo cuantos de nosotros comimos cochinillo, yo tomé el tradicional y mi mujer el cochifrito, que compartimos:



El cochifrito me pareció muy bueno, pero el cochinillo tradicional estaba exquisito, esa mezcla de carne y piel en la boca es un manjar supremo, y para mi que no soy un amante de este plato, reconozco que me ha sorprendido mucho, y ha conseguido borrar mis otras experiencias con este plato en esta preciosa ciudad.

Agradecer a José María que nos trinchara el cochinillo, con el clásico plato cuchillo, ya que a mi no me había tocado nunca que un cocinero de tanto prestigio nos lo hiciera.

Cerramos con gran variedad de postres:






Todos los postres fueron del gusto de los comensales, siendo el mejor, desde mi punto de vista, el que yo pedí, el queso de Posada de Valdeón, que adornado con la última botella de Pago de Carraovejas que pedimos fue un cierre trunfal a una comida en la que el local fue muy bueno, el servicio mejor, el condumio estuvo fantástico y lo mejor fue el goce de una compañía excelente, y que esperamos repetir pronto.

jueves, 22 de mayo de 2014

Un cocido MUY ESPECIAL - La Daniela Cuchilleros


Unos cuantos alumnos de la Universidad de Mayores de la UC3M hemos decidido celebrar la comida de fin de curso con un cocido madrileño, y han tenido a bien encargarme de que eligiera el restaurante con más garantías. Como he destacado en varios post de este blog y en la página web de Garbanzo Asociación Gastronómica, La Taberna de La Daniela es uno de los pocos restaurantes de Madrid con garantía casi absoluta donde tomar un buen cocido, y en cualquiera de los cuatro locales que tienen en la capital. Aunque particularmente pienso que hay algún restaurante con más garantías aún, y tanto en la web del GARBANZO como en este blog hay testimonios de ello, y me refiero a Casa Jacinto, pero desgraciadamente el número de comensales de hoy no cabemos en un restaurante tan pequeño. Pero pasemos a los hechos, que son la esencia de este blog.

Todos los comensales estábamos en un salón cerrado, ruidoso, pero únicamente de nuestras conversaciones, por cierto muy agradables, y no cesaron para goce de todos, así que empezó la manduca entre brindis por el fin de curso con unas cervecitas y un vino que lo único que recuerdo era de Colmenar de Oreja, no es un crianza pero ya el aroma daba a entender algunos meses de barrica, y resultó un vino digno para acompañar el cocido, y que mejoraba al rematar los postres, aunque nos hubiera gustado más un crianza, pero el precio cerrado que llevábamos no lo permitía. Así que tras los brindis empezamos con la sopa:


Gustosísima, con el fideo en el punto adecuado (aunque si estuviera aún más al dente me hubiera gustado más), pero para la mayoría estaba perfecto, la temperatura adecuada, y el punto de 'fuerte' creo que muy adecuado, por poner algún defectillo, para los que ya tenemos cierta edad, quizás un poquito salada, pero más que nada porque nos estamos acostumbrando a comer con poca sal. Pero en resumen una sopa muy buena, que dio paso al segundo vuelco:

 Como siempre hay que poner algún pero, con el sano propósito de mejora para el futuro, esta vez empezaremos por decir que la bola o relleno es quizás el único de los puntos débiles que tenga este restaurante, ampliamente compensado por el resto de ingredientes, y dicho lo 'mejorable' el resto del segundo vuelco estaba todo bueno, garbanzos, patata, zanahoria y repollo, aunque este mejoraba con un chorrito de aceite, yo rodeado de mujeres, acabé mi plato y ellas lo tenían casi lleno, y no solo por lo mucho que hablan, también es que comen mas lentamente, a ver si algún día aprendo, 'a comer lentamente', no penséis que yo voy a aprender a hablar como ellas, eso es imposible......
Pero dejemos las bromas para pasar a lo más serio, el tercer vuelco que tenía este espectacular aspecto:

Evidentemente probé de todo, salvo la carne de pollo y gallina, porque se queda insípida, todo su sabor se ha imbuido durante la cocción en garbanzos y otros ingredientes, el chorizo, digno, la morcilla de Burgos, buena compañía, la punta de jamón sabrosa, el morcillo, excelente, no sé si todo, pero mi trozo era de un meloso espectacular, el tocino, como siempre, es un acompañante indispensable para un cocido, y que decir de los huesos de caña, y digo huesos, porque rodeado de mujeres, pude duplicar mi dosis, y este fue el final de mi tercer vuelco:


Con ese trocito de tocino y esas dos cañas (no de cerveza) que fueron el culmen de un extraordinario cocido, difícilmente repetible para un número tan importante de comensales como estábamos hoy.
Rematamos con unos postres variados al centro:


Los postres me gustaron, aunque comí muy poco, pero las mujeres de mi alrededor corroboraron la bondad de los mismos. Fueron un cierre digno a un gran cocido.

Resumiendo, un cocido que confirma la grandeza de un restaurante super especialista en este plato, un buen servicio, y un local apropiado para una gran cantidad de comensales, que a pesar de la bondad del cocido, fueron LO MEJOR, que lujo gozar de la compañía y la amistad de estos alumnos de UC3M.

Gracias compañeros, en Noviembre volveremos a gozar del día a día de las clases.

Un fuerte abrazo para tod@s.

miércoles, 30 de abril de 2014

Las Terrazas en Becerril de la Sierra


Un grupo de estudiantes hemos decidido celebrar el final del curso con una semana de antelación, y por recomendación de uno de ellos, nos hemos trasladado a Becerril de la Sierra, que la mayoría ya habíamos visitado en más de una ocasión, pero no concretamente este restaurante, que por tratarse de un día de entre semana, no teníamos problemas para reservar, otra cosa ocurre los fines de semana, que casi siempre esta al completo.

El objetivo prioritario era tomar el Arroz con bogavante y acompañarlo con unas entradas compartidas entre los comensales.

Mientras estábamos encontrando los acompañantes del arroz, yo me puse a buscar en la muy decente carta de vinos del restaurante, y pretendiendo encontrar el vino con mejor relación calidad/precio dentro de nuestro muy acotado nivel de gasto encontré este Somontano Crianza, Viñas del Vero:

El precio del vino, 12€ me pareció una muy buena opción, y desde aquí aprovecho para recomendar el Viñas del Vero Reserva Gran Vos, uno de mis grandes favoritos, aunque el precio no se parece mucho.

Pero vayamos ya con los platos que elegimos como entrantes para compartir, que fueron:

Calamares a la romana
Ensalada de berujas
Boquerones fritos
Coquinas a la plancha

Me permito destacar en el tamaño de las fotos los platos que más me gustaron, aunque todos estaban buenísimos.
Los calamares, auténticos y muy bien fritos, y los boquerones del tamaño justo para comerlo todo, no sé porqué las mujeres se empeñan en comer todo menos la espina, a mi ese tamaño de boquerones me invita a comerlo todo, y me resulta exquisito.
Tengo que destacar la ensalada de berujas, que a pesar de que la gran mayoría de los comensales éramos 'talluditos' había varios que nunca habían probado las berujas, un placer de Dioses que no sé si afortunada o desgraciadamente, es un producto que no se encuentra a la venta en los supermercados, y solo se puede tomar en algunos restaurantes, menos de los que quisiéramos. La ensalada estaba exquisita, además de berujas (también llamadas pamplinas en algunos lugares) había tomate, cebolla, aceitunas y taquitos de bacon frito, perfectamente aliñada y triunfó entre todos los comensales.

Y que voy a decir de las Coquinas a la plancha, seguramente uno de los platos favoritos de mi mujer, y por ende, mío, ya que casi siempre que lo vemos en una carta, si el restaurante, es de nuestra confianza, lo pedimos. Y estas coquinas demuestran que el restaurante en el que estábamos es de confianza, un plato exquisito, que hay que rematar mojando un poquito de pan en el aceite sobrante, lo justo para dejar el cuerpo listo para acometer el arroz con bogavante.

No voy a decir que es el mejor que me he tomado, eso sería rebajar a otros muchos arroces a lo largo de la geografía nacional, pero me tomé tres platos de arroz, amén de rebañar convenientemente los trozos de marisco. Sabor intenso, arroz casi en mi punto, y evidentemente raciones muy generosas y que los nueve comensales elogiamos, amén de repetir, y eso solo se hace cuando el sabor es muy bueno, como era el caso.

En resumen, un restaurante con una cocina exquisita, un servicio perfecto, y un local muy apropiado para los distintos tipos de mesas, en función del número de comensales.

Destacar que el precio por comensal, todo incluido fue inferior a 30€ lo que lo convierte en un restaurante absolutamente recomendable.


domingo, 13 de abril de 2014

Cocido de Taba - Parador de Chinchón

El cocido de Taba es muy típico en Chinchón, y precisamente por estas fechas, finales del invierno y comienzo de primavera, tomamos un buen cocido aquí hace ya muchos años los entonces miembros de GARBANZO, concretamente en Febrero de 1998, y aunque la Asociación no ha vuelto, varios de los miembros si que hemos repetido, porque además, visitar Chinchón siempre es un placer.
En esta ocasión nos hemos juntado un grupo de amigos, algunos con bastantes familiares e incluso con un niña de tres mesecitos y otro de casi dos años.
Tras las cervecitas y vinitos que tomamos en la maravillosa Plaza de Chichón no trasladamos al Parador, separado de la Plaza por lo menos treinta metros.
Y ya vamos con la descripción gastronómica del evento. Para información de los lectores, el precio del cocido era de 22€ sin incluir bebidas o 27€ incluyéndolas pero en la que el vino era un joven de la zona. Optamos por el cocido simple eligiendo el vino nosotros, también era de la zona, pero era Crianza:

No diremos que sea un buen vino, pero parece que en la zona ya se empieza a mejorar con los crianzas, así que acompañamos el cocido dignamente. Y empezamos con los aperitivos que en el cartel que inicia este post se describen como AntesDeBoda, y que constaba de Albondiguillas de menudo de pan con cocido de antesdeayer, Garbanzos mareados cocidos y fritos en sartén, aceitunas aliñadas, pepinillos y cebollas rojas:

Así que catando el vino y tomando estos aperitivos hicimos tiempo hasta la llegada del primer vuelco del cocido, la sopa, servida sin caldo, como lo hacen en algún restaurante madrileño de gran prestigio en el mundo del cocido, aunque no muy recomendado por mí ni por los miembros de GARBANZO, el caldo acompañado para cada dos comensales:
Y este era el aspecto de mi plato de sopa tras echarle el caldo correspondiente:

Los fideos estaban en el punto adecuado, pero era lo mejor del plato, el sabor no acompañaba, y yo tuve la inspiración de echarle unos garbanzos del aperitivo para arreglar algo el sabor, así que el inicio del cocido no era bueno, pero relativamente fácil de mejorar, que no arreglar.
Lo que resultó impresionante fue la presentación en cazuela de barro del segundo vuelco, aclararé que lo de cazuela de barro está presente en todos los platos:

Esta presentación le valió el premio al Cocido más Innovador en la II Ruta del Cocido Madrileño, y la verdad es que mejoró mucho al algo decepcionante principio de la sopa, los ingredientes de cocido eran: Garbanzos de Fuentesauco, col, cardillos, judías verdes, nabos y patatas en la parte vegetal, y Cangrejos de río, morcillo, jamón, chorizo, tocino entreverado, gallina, cuello de ganso y hueso de taba en la parte carnívora, yo me serví el vuelco completo:

Aunque no se muestre en la foto, en la cazuela del último vuelco había bastante caldo, y todo venía impregnado de su sabor y de una temperatura adecuada, y en este vuelco no puedo decir algo mal de ningún ingrediente, todo me gustó, quizás lo más insípido para mi fueran los cangrejos de río,  algo que por primera he visto poner en un cocido, y experiencia en estos platos si que tengo. Pero si tengo que destacar algo, es lo que siempre dejo para el final como colofón, y fue el hueso de caña, que aquí llaman hueso de taba:

Lo muestro ya extraído del hueso, ha sido de los más espectaculares, en sabor, de los que he comido, mayores he comido muchos, pero tan sabrosos, muy pocos.
Cerramos con unos postres típicos de la zona, Bartolillos y pestiños:
 Para mí gusto demasiado dulces, pero de buen sabor.

Como resumen general del cocido, muy digno, como en todos los Paradores, el servicio excepcional, pero lo mejor de todo, la compañía, un equipo de personas que la mayoría nos conocemos desde hace muchos años, aunque como casi siempre, se van incorporando caras nuevas y aportando ideas para degustar innovadores cocidos.

viernes, 28 de marzo de 2014

Madrid Restaurant Week - Krachai

Inauguramos @RestWeekSpain,  ya no sé que edición de Madrid Restaurant Week, que es un evento con muchas entradas en este blog y que merece la pena. Restaurantes de prestigio con menús adecuados por 25€ de los cuales uno es para causas solidarias, y muchos unos ayudan mucho. En la web se pueden ver los restaurantes que participan, que ya no son los mismos que en otras ocasiones, recuerdo las primeras ediciones de este evento donde era un lujo ver la lista y los menús que ofrecían, y también era un lujo conseguir mesa, porque se llenaban todos, y muy especialmente los de mas prestigio.
Si bien en la edición de este año también hay restaurantes de mucho prestigio, los menús ya no son lo que eran, limitándose a poner uno o dos platos diferentes que no animan excesivamente a la clientela, que además de buscar la calidad en estos restaurantes de prestigio, buscamos variedad para degustar nuevos sabores.
Y en esta ocasión, para inaugurar el evento hemos elegido un restaurante asiático, que aún no siendo este tipo de comida de nuestra preferencia, los que nos ha animado es que ofrecen un menú degustación, y precisamente en esa variedad es donde hemos visto la diferencia para tomar la decisión.
El restaurante Krachai, thailandés, en el barrio de Chamberí, zona que conocemos muy bien, muchos años currando por ahí, y concretamente recordábamos al entrar el restaurante que había en el mismo sitio hace unos años, un excelente italiano.
Y ya vamos con lo que comimos, y con lo que bebimos:

Como ya hemos señalado era un menu degustación con estos primeros:
Rollito de primavera tailandés
Pastel de marisco tailandés
Brocheta de pollo de corral marinado con salsa de cacahuetes
Dunmpling de gambas al vapor
Ensalada de fideos de soja con langostinos y picadillo de pollo de corral a la lima


La foto llegó cuando nos habíamos comido las brochetas, y tengo que decir que fueron buenos primeros, sin necesidad de tener que aderezarlos con las salsas que suelen acompañar en los restaurantes asiáticos, la típica agridulce y la de soja:


Y como platos principales:
Tiras de pollo de corral y verduras al curry verde y leche de coco (poco picante)
Verduras salteadas con salsa de ostras
Langostinos salteados con verduras, chile y albahaca (poco picante)
Tallarines de huevo salteados con langostinos, huevos y setas
Arroz salteado con huevo y verduras:


Todo bueno, sobre todo para quien guste de este tipo de cocina, el arroz como aderezo para los cuencos con salsa, las tiras de pollo, las verduras salteadas y los langostinos salteados, todo buen sabor y con el picor justo, y rematadores de sabor los tallarines. Una comida muy digna, rematado con el postre:

Perlas de fruta con leche de coco dulce


Donde se mezclaba el dulzor del líquido con la insipidez del fruto, lo que equilibraba, aunque para mi fue lo menos bueno del día.

En resumen un restaurante digno, sin grandes pretensiones, pero con cocina variada y de calidad en el ámbito de cocina asiática.

viernes, 7 de marzo de 2014

II Ruta del Bacalao - El Treze

De la II Ruta del Bacalao no he encontrado información 'oficial' en ninguna web, seguro que la hay, pero yo no la he encontrado. Desde luego hay mucha información en Twitter con el hashtag #rutadelbacalao2 y con solo consultar Ruta del bacalao en cualquier buscador encontraremos información sobre los restaurantes que participan en la misma. Y como amante de la buena gastronomía, el bacalao es uno de mis platos favoritos, y no voy a decir cual de las especialidades me gusta más, simplemente, me gusta el bacalao. Y aunque ya tengo otro reservado para esta ruta, empezaré contando mi primera experiencia bacaladera de esta ruta, que ha sido en El Treze:

 
Un restaurante situado en el centro de Madrid, en la Calle San Bernardino, 13, junto a la Plaza de España. Era mi primera visita a este restaurante y creo que no nos equivocamos.

Evidentemente el bacalao era uno de los platos que nos habíamos planteado como obligatorio, y pensábamos que como segundo plato, pero aquí el bacalao era marinado sobre fumé de hongos, así que finalmente nos decidimos por estos platos de la carta para compartir:

- Bacalao marinado
- Lomos de sardina ahumadas
- Croquetas de txangurro y calçots
- Chipirones salteados con mollejas de ternera

Aunque lo primero que elegimos fue este vino de Castilla León, Abadía Retuerta, que evidentemente no defrauda nunca, es un vino que no es barato, pero de una calidad garantizada y que combina con cualquier cosa:

Para empezar nos trajeron un aperitivo de jamón regadito con aceite de oliva virgen extra de la variedad Ocal, que conocemos muy bien, y que empezaba a darnos muy buena impresión.








Le servicio comprendió que queríamos compartir los platos, y así empezaron a llegar, como si de un menú degustación se tratara, y el primero de los platos fue precisamente el bacalao marinado:


La presentación de todos los platos, como podréis observar por las fotos, impecable, y a eso hay que añadirle el sabor, en concreto el del bacalao, justo y muy bien combinado con el fumé. Empezábamos bien. El siguiente plato, también excelentemente presentado eran los lomos de sardina:


Exquisitos, y explosiva la mezcla con las migas. Seguíamos muy bien, unas presentaciones espectaculares, unos sabores impresionantes y un servicio excelente sin ningún retraso en nada. Así que empezábamos lo que eran los segundos, pero que nos habíamos encaprichado con otro 'teórico' primero porque nos apetecía mucho probarlo, las croquetas de txangurro y calçots:


Empezamos con las de calçots, que estaban buenas, pero no se puede decir que nos resulte un plato 'favorito', sin embargo, las de txangurro estaban espectaculares, sabrosísimas. Y ya nos quedaba el último plato antes de los postres, los chipirones salteados con mollejas de ternera:

 

Y resultó un cierre espectacular con un sabor exquisito, esa mezcla entre carne y pescado, algo distinto que difícilmente se saborea en un restaurante normal. Así que cerramos, a falta del postre, como una comida equilibrada y sabrosa. Yo me limité a un cafetito, pero mi mujer se tomó este Mousse de coco con aromas cítricos y helado de mango:


No tuve más remedio que probarlo, y tengo que reconocer, que a pesar de que no me gusta mucho el dulce, estaba muy rico.

Como resumen, un restaurante pequeño, con una excelente cocina, un excelente servicio y una relación calidad/precio muy buena. Nosotros habíamos reservado a las 14:00 pero nos sorprendió que cuando llegamos, estaba vacío, quince minutos después estaba lleno, y varias personas tuvieron que irse porque estaba completo. La calidad siempre marca y sin duda volveremos para nuestro goce y de otros amigos.

Y con seguridad que nos tomaremos algún cocido en un reservado especial.....