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domingo, 7 de abril de 2013

Cocido Solidario - Gastronomicum


Que buen sabor de boca, y que goce interior participando en un evento de esta categoría.
He querido encabezar el post con los patrocinadores del evento, aunque el agradecimiento hay que hacerlo extensivo a todos los que lo hicieron posible, los camareros, los cocineros, el restaurante que ha cedido un extraordinario local, todos ellos capitaneados por Quique Rodriguez (@quiquerodrig), un cocinero de prestigio, ademas de una persona muy agradable.
Y en un evento donde la materia prima ha sido donada por los proveedores, y todos los que lo han elaborado y servido lo han hecho de forma altruista, en beneficio de la Fundación Síndrome de Dravet, ¿creéis que se puede encontrar algo criticable?. Pues no, pero aún así, voy a relatar el cocido, como si fuera uno normal, con su descripción completa.
La cosa empezó con barra libre de vinos, cervezas y refrescos y gran cantidad de buenísimos aperitivos, tortilla española, jamón y butifarra. Yo creo que demasiado aperitivo, porque no todos éramos del mismo Bilbao.
Y empezamos con la sopa, y una particularidad que los lectores de este blog saben que yo agradezco, y es el 'adorno' de la sopa con unos garbanzos, en este caso cada uno como desee, ya que nos pusieron una perola con los garbanzos, este era mi plato:


Y la sopa estaba buena de sabor, aunque, como esperaba, algo pasado el fideo, ya que éramos bastante más de cien comensales, y comenzamos con cierto retraso, por lo que el 'pequeño defecto' es perfectamente disculpable, y ni que decir tiene, que cantidad, la que quisiéramos, en nuestra mesa, hubo varios 'repetidores', lo que daba la señal de calidad.
La segunda parte del cocido se sirvió para que cada uno lo pusiera a su gusto, yo hice una cosa extraña, primero me tomé un segundo vuelco únicamente con garbanzos adornados con una salsa de aceite y cebolla riquísima, que les daban un sabor contundente, y que ya de por si, los garbanzos, al natural, estaban ricos.
A continuación me serví un tercer vuelco con los complementos de lo que normalmente es el segundo, la bola o relleno, patata, zanahoria y repollo. La bola no es la típica de cocido, ya que es de carne, en lugar de la típica de pan, y lógicamente no resulta tan jugosa, aunque el sabor era muy bueno. El resto de complementos, dignos, y adornados con la salsa de aceite y cebolla, adquirían un exquisito sabor.

Y el último vuelco eran las viandas, que consistían en chorizo, morcilla, puntita de jamón, el típico pollo, morcillo y cerrando con la panceta y el tocino:
Todas las viandas estaban dignas, y lo único negativo era que la puntita de jamón estaba algo salada, pero lo realmente negativo es que sobró demasiado:

Cerramos con un postre de chocolate, digno y bien presentado:

Como resumen, un buen cocido que en compañía de gente agradable y solidaria, se transforma en un cocido MARAVILLOSO, y nos deja con deseos de repetir eventos como este, y aunque las lágrimas no tengan muy buena fama, las que salieron de Silvia y que nos contagió a muchos de los que allí estábamos, nos dejan un estado de paz y alegría INOLVIDABLES.
Y algún día llegará en que los padres de niños con Síndrome de Dravet, consigan una solución por la que tanto luchan. Mi admiración y cariño para todos ellos.

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