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sábado, 16 de junio de 2012

Comida y olfato en Santa Cruz de la Salceda

Este es el primer post de este blog cuyo principal motivo no va a ser la gastronomía, sino el olfato. Siempre me gustó la improvisación, hasta que hace ya muchos años, durante un puente por los Pirineos, tuvimos que recorrer mas de 100 Km. para conseguir hotel, desde entonces, casi todos mis viajes fueron perfectamente planificados. En esta ocasión, de nuevo la improvisación fue total, oigo hablar del Museo de los aromas, recientemente inaugurado y único en Europa, a 158 Km. de Madrid en un pueblecito burgalés, Santa Cruz de la Salceda, y decidimos visitarlo y comer en una posada situada enfrente del Museo. El museo es algo único, distinto a todo lo que hayamos 'visto' antes, echar una hojeada a su página web y no perdáis la oportunidad de visitarlo en cuanto os sea posible. Entre todos los 'juegos' olfativos que tiene, tengo el orgullo de haber acertado todos los aromas de los vinos, es lo que tiene ser un buen comedor y mejor bebedor. Y ya tras el prólogo pasemos a la descripción de nuestro menú de hoy, en el restaurante Posada Las Baronas, Una Casa Rural, con una carta apropiada para un pueblecito de apenas 200 habitantes, decidimos tomar el menú, a un precio más que razonable, 15 €. Elegimos como primeros Menestra de verduras y Ensaladilla rusa, platos dignos y abundantes. Como segundos, en un pueblecito castellano hay que comer carne, mi mujer eligió las chuletas de cordero y yo me fui a por el entrecot 'casi crudo' o 'muy poco hecho', en definitiva, como se tiene que comer este tipo de carne. Y que decir, que las chuletas , según mi señora, estaban buenísimas, y el entrecot, digno de un plato de carta a una precio superior al del menú, y además en el punto con el que yo lo pedí. Mi mujer cerró la comida con un postre casero, Flan de queso, que también estaba exquisito. Yo no me puedo permitir postres por mis tendencias al engorde, realmente solo tomo postres cuando visito restaurantes de gran lujo, cosa que últimamente no me puedo permitir, pero un buen café cierra una estupenda comida, y como el café estaba 'algo cargado', lo tuve que rebajar con un poquito de orujo de El Bierzo, y ya 'rebajado' estaba exquisito. Resumiendo, un maravilloso día visitando un Museo ÚNICO en Europa, una comida decente en una zona de Ribera del Duero con excelentes vinos y maravillosas zonas que rodean al pueblo, que la mayoría ya conocíamos, insisto en que visitéis la página web del Museo que tiene además interesante información sobre los alrededores.

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