Y vamos con la comida, mejor empecemos con la bebida, los lectores de este blog observarán que me gusta variar los vinos, en esta ocasión elegimos un Emilio Moro, un extraordinario vino:
El menú week era así:
Para empezar (a escoger)
Alcachofas en flor a la parrilla con sal maldón
Morcilla de León salteada con patata hilada
Bocartes en mariposa a la donostiarra con pimientos asados
Tortilla melosa de patata y cebolla pochada
Ensaladilla rusa tradicional de merluza
Plato principal (a escoger)
Fritos de pixín con su tártara
Arroz marinero limpio (min. 2 pax)
Riñoncitos de cordero lechal
Chuletas de recental
Postre (a escoger un postre o café e infusión)
Lecha frita al momento con textura cremosa, espolvoreada con azúcar y canela
Tarta de queso horneada con coulís de frambuesa natural
Filloas rellenas de crema
Hojaldre de manzana hecho al momento (preparación 15 minutos)
Tejas de almendra
Café arábica e infusiones naturales
Siguiendo nuestra costumbre, compartimos tanto los primeros como los segundos, y elegimos para empezar las alcachofas y los bocartes:


Las alcachofas estaban muy buenas, evidentemente. lo mejor el corazón, pero a mi me gusta también morder y saborear las hojas, que normalmente no somos capaces de engullir, pero resultan sabrosas las hojas también.
Lo que fue espectacular fue el plato de Bocartes, con un sabor maravilloso y un aderezo perfecto, hacía tiempo que no tomaba bocartes tan ricos.
Así que cerrados los entrantes, deberíamos confirmar que seguíamos en la buena línea con los segundos que habíamos elegido, El Pixín con su tártara, que son dados de rape, y los Riñoncitos de cordero:


El Pixín, muy bueno,acompañado de una tártara muy equilibrada, y espectaculares los riñoncitos, que es uno de esos platos que raramente ponemmos en casa por lo complejo de su limpieza y preparación. Los segundos confirmaron la calidad del restaurante.
Cerramos con estos postres:


Tanto la leche frita como la tarta estaban buenos, y mezclados el calorcito de la lecha y el fresquito de la tarta, espectacular. Pero claro solo para los de Bilbao....
En resumen un restaurante digno, e incluso recomendable, buena cocina, servicio adecuado y buen local. Lo que peor llevo es la industrialización de las cartas, tanto de los menús como de los vinos en todos los restaurantes del grupo al que pertenece este.
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